lunes, 3 de marzo de 2008

3.- CONTINUANDO EN LA BATALLA SINDICAL.

El profesor Wilbert Narciso Boldo Vera, en compañía del intendente Miguel Santiago, se percatan de que no existe documento que avalara la legitimidad del sindicato. En enero de 1989, se encomienda a la tarea de recabar las actas que había en la ciudad de Paraíso y en la Ciudad de Villahermosa, así como también tratar de convencer al Lic. Jiménez Correa y a los demás integrantes de continuar con la lucha que juntos habían iniciado, sin embargo se encuentra con la desagradable noticia de la renuncia del Lic. Jiménez Correa, Convocando a una reunión el día 21 de octubre de 1989, en el auditorio de la C.N.O.P (hoy F.E.O.C) con la asistencia de unos contados síndicos de tres planteles y recayendo en la antipatía hacia la formación de un sindicato, quien chocó con la decidida oposición de la Dirección General, apoyada por los directores de los planteles 1 y 2 que fueron los instrumentos de la sucia maniobra.

Como fecha memorable, el dos de junio de 1991, los trabajadores de numerosos planteles del COBATAB decidieron cancelar definitivamente la malograda intentona iniciada hace cerca de cuatro años para formar el sindicato y se comprometieron solemnemente a iniciar la construcción desde la base de un órgano que aglutinara a todos los trabajadores pertenecientes a dicha institución y que no tenga según el decreto de creación, el carácter de trabajadores de confianza. El acuerdo estableció tácitamente la formación de un sindicato democrático e independiente, de conformidad con el espíritu que anima el nacimiento de este organismo para velar por los intereses de todos los agraviados, garantizando la plena participación de los trabajadores de todo el sistema y respetando los términos establecidos en la legislación vigente de nuestro país.

Dicho acuerdo los sostuvieron los catedráticos de los diferentes colegios de bachilleres de Tabasco en una reunión el 2 de junio de 1991, entre los que se encontraban Carlos León León, Ramón Díaz Uribe, Wilbert Narciso Boldo Vera, C.P. Joaquín Torres Jiménez, Prof. Leonel Álvarez Cruz, María Luisa Fernández Enríquez, Lic. Crispin Uribe Hernández, Delfino Suárez Rodríguez, Lic. Cesar Tobías Muñoz García, Ing. Hector Pérez Cabrera, Profa. Susana López Leal, Lic. Martha Dagdug Marín, C.P. Miguel Acuña, Prof. Ignacio Zetina Aguirre, C.P. Luis Enrique Ruiz González, Dra. Laura Esther Carrillos Vivas, Prof. Miguel A. Mendoza Collado, Prof. Nelly González Morales, Ing. Pedro A. Sonda González., el Prof. Eugenio López Hernández, Lic. Walner Cadena Sánchez, Lic. Roberto Margalli Marenco, Prof. Arturo Cáceres San Román, Lic. Palmira Ventura López, Prof. Darvelio Gutiérrez Laguna, Sr. Antonio García Valdés, Sr. Alejandro Ramos Solís, Lic. David Sánchez Santos, Modesto Ruiz; Gabriel Montejo López, Gabriel Hernández Reyes y el Prof. Eleucine Herrera Díaz y para determinar quienes serían los que representaran sindicalmente a todos ellos.

La presencia del Prof. Faudes Baños Baños fue esencial en la lucha emanada de los catedráticos cuyo principal argumento era “La idea del sindicato ha pretendido en una significativa mayoría, pese a los barreras de la incomunicación y del aislamiento que priva entre los planteles, auspiciado por las propias autoridades que son igualmente responsables de las campañas y rumores de amenazas que por ciertos medios han difundido esperando atemorizar y desalentar a los compañeros trabajadores, especialmente a los de planteles recién creados que no han tenido la experiencia de esta lucha que ya se remonta a varios años, en los varios intentos no han logrado fructificar.

La lucha y discusión en torno al sindicato siempre ha sido públicas y abierta y en tanto a su legalidad como sus propósitos se han dado a conocer contrarrestando las campañas de rumores y amenazas veladas que no han logrado sus objetivos de desmovilizar a quienes se han empeñado en la construcción del sindicato, rescatando lo mejor de las experiencias que en estos últimos años se han alcanzado en pugna contra los intereses de diversas índole que han puesto una tenaz resistencia, misma que continuará arreciando y que sólo puede ser quebrantada mediante la participación activa, consciente y responsable de todos los trabajadores, interesados en mantener las vigencias de los derechos y las conquistas que por vía de la unidad, razón y justicia son necesaria para dignificar y hacer cada vez más eficiente el desempeño profesional y la calidad del servicio que se brinda a la juventud estudiosa del Colegio de Bachilleres.”[1]

Se trataba de una convocatoria general para organizarse y participar con pleno derecho en esta tarea, que nadie ignoraba que fuera laboriosa y difícil, pero cuyo triunfo estaba asegurado, porque se contaba con la decisión mayoritaria de los trabajadores. Y que nadie intentara hacerse a un lado aduciendo ignorancia o desinterés, pasividad o conformismo, desconfianza o frustración, En todas las reuniones o discusiones había prevalecido la idea de conformar un sindicato democrático, cuyas acciones estuviesen regidas por el consenso, la discusión amplia y la participación en los acuerdos de la base, superando de este modo los vicios y defectos que el sindicalismo tradicional arrastra en la actualidad.

Quienes aparecen en la cabeza de este proceso de organización y unificación fueron trabajadores avalados y autorizados por sus propias delegaciones que mantuvieron su organización desde los últimos intentos, y ellos están conscientes de que en el momento en que demostraran con hechos, en la práctica y no sólo en el discurso que merecían el respaldo y la confianza de sus compañeros. Así, el modo corresponde a un sindicato de estructura horizontal donde todo miembro siente el orgullo y a la vez la responsabilidad de pertenecer a él.

Deben hacerse a un lado la vana aspiración de formar burocracias y constituir camarillas dinásticas, desterrando para siempre el continuismo y las actitudes prepotentes, personalistas y absolutistas que propician el entreguismo y la traición, que todos sabemos, es el clima que prevalece en muchos sindicatos llamados instituciones o corporativos.

Para que esta situación pueda producirse y echar raíces, se cuenta con que cada compañero se convierta en un atento vigilante al proceso de funcionamiento de la vida sindical y que con todo valor y convicción, como corresponde a los trabajadores de una institución del nivel medio superior haga valer sus derechos y procure por todos los medios lícitos que todas las demandas de la base se pongan en obra de ejecución y resolución. Que el interés y la participación orienten los trabajos sindicales sin permitir que por abandono o negligencia en el cumplimiento de sus deberes se caiga en las aberraciones que algunos sindicatos padecen y que constituyen la vergüenza del sindicalismo mexicano en los últimos años.

Todo los compañeros trabajadores tuvieron la oportunidad de asistir al nacimiento de este organismo formando parte consustancial de él a condición de incorporarse en cuanto a esta lucha. No puede justificarse la indecisión o la indolencia, la pasividad y la automarginación, la resignación y el conformismo que en estos momentos de prueba resultan condenables.

Este proceso inicial, asumió toda declaración hecha por la Dirección General del Colegio de Bachilleres, y se llegó a realizar una reunión con el personal académico de los Planteles, en el sentido de mantener un respeto irrestricto a la formación del sindicato lo cual implicó también el otorgar en su oportunidad el reconocimiento a este organismo con el fin de que garantizara el clima de trabajo y armonía en todo el sistema.

Es por ello, todos los trabajadores del sistema de Colegio de Bachilleres de Tabasco, académicos, administrativos y manuales, debían incorporarse en pleno derecho al movimiento, que tenía como objetivo primordial, la construcción del sindicato de trabajadores del CBT proponiendo de inmediato la formación de delegaciones en cada Plantel, sabían que debían dar nacimiento a un organismo democrático, participativo, transparente y dedicado exclusivamente a la protección de los derechos, a velar por los intereses y a estimular la labor de todos los trabajadores del sistema. Estos principios conformaban también una declaración ante las autoridades del sistema, los padres de familia y la opinión pública.

Por otro lado, sin descuidar sus actividades y responsabilidades laborales activaron el mecanismo que iba a poner en marcha el movimiento hasta conseguir los objetivos. La historia cotidiana se escribía con decisiones tomadas oportunamente y condenada al olvido, en la pasividad y la indiferencia. Toda formación de sindicatos sea cual sea, exige organización, tacto, disciplina y audacia. Y ante ello la Dirección General reaccionaba a gran prisa, y se estaba dejando ver con las intenciones de oponerse, cada vez más enérgicamente a la creación del sindicato, porque veía amenazado su régimen de dictadura personal.

Tal y como lo llevaba a cabo “Mena Olán, quien no permitía que grupos formaran un sindicato para el CBT y lo que estaban realizando los trabajadores era la violación del estatuto, las personas que ahora desearan formar un sindicato lo único que estarían haciendo sería violar los estatutos internos del CBT. Y por lo mismo tendrían que atenerse a las consecuencias en su debido momento, pues no se permitirá de acuerdo a la legislación jurídica la formación del mencionado sindicato y si se logra hacer nacerá y morirá de la misma forma en que llegue”.[2]

Es por ello que urgía organizar la defensa de los intereses colectivos y particulares y las armas principales que eran la organización, la disciplina y que significaba cumplir con los compromisos de los planes de acción que se elaboraban y la movilización a que debían estar dispuestos y preparados para responder en cualquier momento a la campaña que se dirigiría sobre todo a la capacidad de respuesta en donde estaría el triunfo en la lucha.

“Algunas sugerencias para la organización se dan a continuación:

1.- Hacer recuento de afiliados, tanto en lo relativo a las delegaciones constituidas como entre miembros de ellos para identificarnos.

2.- Contactar a los planteles que todavía no se han incorporado y hacer llega a sus miembros.

3.- Identificar a los directores más agresivos contra el sindicato y empezar a llevar un registro de las medidas represivas que establecen para asegurar la defensa colectiva y elaborar contramedidas.

4.- Tener acceso a la información periodística o radiofónica es vital organizar el sistema o red de información propia mediante volantes o boletines firmados por los miembros responsables a efecto de eliminar la campaña de descrédito y de confusión que ya se ha manifestado en pequeña escala.

5.- Lo más importante: que se comience a trabajar en firme para consolidar lo alcanzado a través de una asamblea constituyente preparado en forma cuidadosa. En el jurídico y legal que gane más a través de la movilización, contando con que las propias autoridades del trabajo se pongan en contra.

6.- Que los comités dirigentes de todos los niveles se disponga a estar en contacto en forma permanente con el fin de tomar las medidas del caso o hacer declaraciones oportunas, según la evolución y desarrollo de los acontecimientos.”[3]

Estar dispuesto a ir hasta donde sea posible para hacer avanzar el esfuerzo y utilizar todos los recursos lícitos que fueron utilizados por otras organizaciones para conseguir sus aspiraciones, tales como el Plantón, la marcha, el paro, la huelga y esto solo daría resultado a condición de que todos, si es posible estuviesen dispuestos a trabajar en forma sincronizada, simultanea y solidaria. Sin embargo, muchos declinaron ante la falta de profesionalismo y la forma villana del anterior fracaso.

Con el inicio de las pugnas por alcanzar un sindicato, con la actitud firme y decidida de los profesores del Colegio de Bachilleres de ir hasta el paro indefinido, se logró romper la reiterada negativa de las autoridades y lograr un reconocimiento emergente y condicionado al sindicato, después de una lucha que se remonta a muchos años atrás cuyos esfuerzos se desplegaron por que de otro modo se corría el riesgo de anular la conquista, por la oportunista actitud de directores y secuaces, ligada a la Dirección General de querer apoderarse, mediante el engaño y la traición de la dirección del sindicato para convertirlo en un organismo inocuo, completamente anodino, para que siguiera apoyando el grupo político impuesto en esa dependencia y mantener a los trabajadores en la indigencia.

No obstante lo anterior, el grupo de maestros antes mencionado, preocupados por los intereses de su gremio, extendieron las debidas solicitudes para convocar a asamblea general extraordinaria para el día 2 de Marzo de 1992, “con la finalidad de renovar los cuadros Directivos de nuestro Sindicato, para la elección de una mesa Directiva y, tomando en cuenta que el 12 de marzo, se cumple un año de haberse vencido el periodo de la Directiva, basándose en la Ley Federal del Trabajo, conformada en el artículo 371, fracción VIII que concede la suficiente potestad, para realizarla en su defecto”.[4] Sin embargo, esta junta no se llevó a cabo.



[1] Los Trabajadores del Colegio de Bachilleres de Tabasco. Un llamado a Constituir un Sindicato Independiente y Democrático. (Comisión Organizadora del Sindicato).

[2] Tabasco Hoy 24/6/91.

[3] Responsable: Faudes Baños Baños, Tito Lara Jiménez, Mercedes Frías, Claudio Méndez, Ignacio Zetina A. (Declaración de Villahermosa, 2 de junio de 1991).

[4] Convocatoria a Asamblea General Extraordinaria, Villahermosa, Tab. A 2 de marzo de 1992.

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